La predicción apuntaba 85 % de riesgo de lluvia y al final se cumplió; lo bueno es que ya estabamos en el bar cuando empezó a llover. La jornada prometía diversión y realmente se cumplió la expectativa. Suave empujin hasta el patio de armas de Castro con reconocimiento del recorrido, miradas pegadas en los escalones, trazadas imaginarias para adaptar el terreno y un pensamiento común que en el silencio murmuraba: ¿hemos de bajar por aquí? Desde el interior del fortín la vista una pasada, sesión de fotos y a la tarea que se nubla. Las bajaditas las teneis en el video: realmente tecnicas y espectaculares con pocas alternativas de trazada en el nuevo sector, configurandose una bajada muy completa; técnica, larga, bonita y rápida en su parte baja, con la ventaja de un empujin cómodo; enfin una pasada.
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