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domingo, 19 de julio de 2009

Vallnord y Gran Valira FOTOS

La cita con Andorra se ha resistido este año hasta el último momento pero finalmente, al pasar lista no nos han puesto falta. Naxo, Paco, Carlos, Santí y el que suscribe salimos el Jueves por la tarde, y tras alguna que otra pelea con el GPS de Naxo, (cuyo fabricante es tambien concesionario del túnel del Cadí) llegamos, despues de la clásica cena en Tárrega, al principado alrededor de la 1:15de la madrugada. El viernes a primera hora, despues de agotar las existencias de tortilla española y jamón en el buffet del hotel, empezamos a hacer bajaditas en Vallnord; sin agobios ni colas, pudimos disfrutar de una buena colección de recorridos sin prácticamente repetir ninguno, y eso a pesar de que Naxo tuvo un día dedicado en cuerpo y alma a la mecánica: cambió dos veces el disco delantero, reventó la cubierta trasera, rajó la funda del desviador, un pinchazo y el núcleo de la rueda trasera gripado......vamos que dejo la bici lista para pasar la ITV





Vallnord es un gran bike-park pero el estado de las bajadas deja bastante que desear; aquello que recordaba como especial de la ruta 66 se ha convertido en una interminable sucesión de rizados y agujeros que te dejan los dedos para el arrastre; los mismos recorridos que el año pasado pero en estado de semiruina; el segundo tramo de la maxiavalanche pareció ser el más divertido a tenor de los comentarios escuchados; también hicimos la bajada de los senderistas que es un ritual de cada año. Cominos en el rancho de madera del parking, estoy seguro que con dos menús hubiesemos comido los cinco...¡¡¡que barbaridad de comida!!! Paco y Santí acabaron tumbados en una sombra para poder cocer la caldera con una buena siesta. Después dale que te pego de nuevo hasta las 6:30 de la tarde.










El Sábado decidimos huir del agobio y las colas del Festival y nos trasladamos a Grand Valira, donde disfrutamos de lo lindo en todas y cada una de las bajadas; todo bien diseñado y supercuidado; los remontes en telesilla enlazaban sin empujing cada una de las bajadas; curvas, peraltes y saltos milimetricamente diseñados hacían que cada bajada se convirtiese en una fiesta; puentecitos de madera en cada corriente que cruza la senda, pasarelas de todos los colores, chicanes, saltos para todos los gustos, y sobretodo un terreno terroso compacto que invitaba a coger velocidad, muy al contrario que las asperas rocas amenazantes que alfombran Vallnord. He redescubierto Grand Valira, despues de 5 años de ausencia y puedo asegurar que en lo sucesivo voy a intentar volver. Naxo nos obsequió con los saltos más espectaculares y gracias a la ausencia de averías (solo 1 pinchazo mío) pudimos atiborrarnos hasta las dos de la tarde, que con el cuerpo extenuado decidimos irnos a comer y dar por finalizado el asunto biciclil. Por la tarde, después de una buena ducha, de compras por Caldea y Andorra y cena de sustancia en la tasca del francés. El domingo a primera hora montada de portabicis en el espectaculat Thule que se ha mercado Carlos y pa casa a toda mecha que queremos llegar a la dominical paella. Nuevamente pelea con el GPS de Naxo, que aunque funciona de forma algoritmica, se empeño esta vez en darnos un garbeo por el polo quimico de Tarragona.....je,je.