Las Crónicas del Rider.- Chóvar

Con un puente como este y la peña en plena desbandada podemos dar gracias de no salir en solitario; como los petisui "dos mejor que uno" y allá va que va. Chechu y el escribiente solos ante el peligro, con el cielo encapotado supurando inapreciable chirimiri. Para calentar una suavita y ya que estamos en Chóvar: la Radical; empujing tranquilo gracias al hormigonado del rampón, comenzamos a bajar cantando la canción de "the last is a Gay" con lo que la llegada al primer collado se produce en cuestión de segundos (la radical ya no es lo que era) A fuerza de pasar gente unido a la acumulación de la técnica que nos caracteriza, tanto Chechu como yo bajamos sin complejos admirando el bello paisa-je-je, anotando cero absoluto en el aseado terraplén. La transición desde el collado, a excepción del primer escalón tambien la anotamos a cero, y la torrentera de la segunda parte, mitad terrestre, mitad fluvial estaba como nunca; una auténtica gozada hasta la salida del estanque, que con el nivel más bajo permitía el paso en chapoteo.
Una al saco y la siguiente "la marihuana" tramo final desde el aljup, que con ritmo de descenso puro ventilamos en cuestión de segundos; iniciamos a toda mecha pasando por encima del montón de rocas para ir pedaleando entre cortaditos y curvas retorcidas; no está mal aunque por lo corta que se queda nos damos otro homenaje para hacer la tercera: la del pantano, con inicio por el camino carretero volando y entrando en materia despues del desvio de la mina, con un paso magistral de Chechu por la aspera pedrera que algún amigo de los riders ha sembrado de enormes bolos que añaden un puntito master al asunto. Día completo y variado con ausencia total de revolcones y averías.